sábado, 12 de enero de 2008

Yo.

Entra el pequeño Saltimbanquis, y deja caer una rodilla al suelo, tras la rejilla un parroco se apresta a oir la confesión.

Párroco: Hermano, oh pequeño saltimbanquis, ¿que te trae por acá?

Saltimbanqui: He venido arrepentido a confesar mis pecados, ayer he hablado con la inmaculada y he decidido acabar con mis malos augurios, es por eso, y debido a una recomendación de ella, es que estoy aquí... Se preguntará el ¿porque?.. Padre, de verdad se pregunta el porqué, pues de lo contrario me retiraré

Párroco: te escucho.

Saltimbanqui: me confieso padre, soy un individuo caliente, pasado de revoluciones, observo con malicia los traseros y esculturales cuerpos de las muchachas, pero no se crea que las acoso o las tocó, nada de eso... las guardo en mi retina, recuerdo sus cabellos y las partes que me hicieron enamorar de ella, para luego, en la mejor ocasión, tomar mi...perdone la expresión, pero no es grosera, tomó mi pene, y comienzo a masturbarme con celeridad, con gozo, como quien es capaz de poseerlas, a veces creo que mentalmente las violó, no lo sé padre, no quiero un sermón, pero si una orientación. No hay momento que no piense en eso, y lo mejor es que mi rostro se mantiene impavido mientras las observo, como si no creará en mi mente esas imagenes, y eso facilita la tarea de recolectar imagenes, Padre. permito que vuele mi imaginación, percibo sus gemidos mentalmente, bajandoles las bragas, tocando sus senos, succionando su piel, escucho sus voces y lo que me piden, y siento que ellas tambien me desean. y allí me vuelovo loco, exprimo mi pene hasta saciarme, y en mi mente se imagina ella recostada frente a una mesa mientras yo empiezo con un movimiento circular de placer. hasta alcanzar el coito dentro de ella. Sé que no es todo lo que puedo contar, sobre lo que me pasa, pero sí es cierto que bastará para sus oídos, y perdoneme la indiscreción... usted a de pensar lo mismo un par de veces, no es así?... Vengo, le repito, porque ayer visite a la virgen del cerro y le dije que mejoraría mi conducta, que trataría no desear tanto los cuerpos de aquellas mujeres sino su belleza espiritual. No vengo por placer a contarle, ni para que se excite junto a mi, sólo que la virgen me dijo, que el primer gran paso para mejorar las conductas es reconocer en voz alta los pecados, para así tener de donde corregir. De donde empezar a trazar los planes. La masturbación me ha hecho feliz en mi soledad padre, pero también muy infeliz. no estoy ni desesperado ni preocupado, sólo deseoso de mejorar al menos en parte esto que ya se asemeja a un vicio. ¿Cual será mi penitencia?

Párroco: estas perdonado, no por mi, sino por la virgen, ella te indicio lo que debías hacer y lo haz hecho, yo no tengo la suficiente fuerza como para desacreditarla... aunque recomiendo, que permita pensar en otras cosas, aun cuando es dificil según su condición, estás perdonado... deje a las muchachas en paz, que ya llegará la suya y no le gustará saber que otro se imagina poseeyendola. Amén hermano, que Dios lo oriente

Saltimbanqui: que así sea.

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