Debemos crear.
El hombre ya no imita. Inventa, agrega a los hechos del mundo, nacidos en el seno de la naturaleza, hechos nuevos nacidos en su cabeza: un poema, un cuadro, una estatua, un barco a vapor, un auto, un aeroplano...
Debemos crear.
He aquí el signo de nuestra época.
El hombre de nuestros días ha roto la cáscara de las apariencias y ha sorprendido lo que había dentro.
La poesía no debe imitar los aspectos de las cosas sino seguir las leyes constructivas que forman su esencia y que le dan la independencia propia de todo lo que es.
inventar consiste en hacer que las cosas que se hallan paralelas en el espacio se encuentren en el tiempo o viceversa, y que al unirse muestren un hecho nuevo.
El conjunto de los diversos hechos nuevos unidos por un mismo espíritu es lo que constituye la obra creada. Si no están unidos por un mismo espíritu, resultará una obra impura, informe, que sólo exalta la fantasia sin ley.
El estudio del arte a través de la historia nos muestra claramente ese tender de la imitación hacia la creación en todas las realizaciones humanas. Podemos establecer una ley de Selección científica y Mecánica equivalente a la selección Natural.
En arte nos interesa más la potencia del creador que la del observador. Y, por lo demás, la primera encierra en si misma, y en mayor grado, a la segunda.
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